Por la carretera ,camino a la excusrsion
Pozas Glenda´s y hombre en tirolina
Vista de Sambo Creek
Playa para perderse
Cruzando el rio (que llega al mar,como decia machado)
Con Felipe y Fabianne
Retrato de familia
Futuro crack del futbol con su amiga en Sambo CreekDespués de un buen desayuno con jugo de naranja, tostadas , café de Honduras y aprovechando que hacia un día precioso, decidimos ir a conocer un poco el entorno de Ceiba.Yo había estado la otra vez en un pueblo Garífona llamado Sambo Creek (que no es el nombre de un elefante) y en unas pozas que son naturales y están en un río de agua termal a solo 20 km de aquí. Así que fuimos a buscar un bus que nos acercara a nuestro destino del día. El bus debía tener unos 50 años por lo menos, manejado por un hombre mayor, tenía un volante del tamaño de una parabólica de la Nasa y dentro todo eran de color,de color negro claro.Nada estraño por otra parte, ya que los garífonas son así; son descendientes de esclavos del s XVIII que se afincaron en todo el litoral atlántico, no solo en Honduras,sino tambien en Guatemala,Nicaragua,Belice y algunas islas del caribe.Bien,después de esta breve clase de historia (je,je),continuo con la excursión.
Estuvimos recorriendo varios pueblos (todos Garífonas) con el bus antes de bajarnos en la carretera en la entrada del pueblo. Fuimos a las aguas termales Glenda´s. andando por la carretera y si no pitaron a Fabi 20 coches no pitó ninguno, pero bueno esa es otra historia.Las Pozas de Brenda son unas piscinas naturales de un río que nace de las montañas y sale con agua caliente. Allí te puedes bañar, comer un picnic entre árboles frondosos, o simplemente disfrutar de la tranquilidad del paisaje. Si esto mismo estuviera en España, ya hubieran construido un hotel, apartamentos y un campo de golf, pero por suerte aun no a llegado aquí esta locura y pudimos disfrutar del entorno. Estábamos solos y como buenos previsores no llevábamos bañador, así que se quedó en un “ –Aquí tenemos que volver”.
El siguiente paso era andar hasta la playa. lo hicimos por un bonito sendero y en menos de 15 minutos llegamos a su majestad el mar. Es de esos sitios que empiezas a buscar un cartel que diga “Se vende terreno”,ya me entendéis ¡¡¡¡¡¡. Nos tumbamos un rato en la playa delante de un hotel de Canadienses (se nota que llegaron antes de nosotros y se adelantaron) para disfrutar de la paz y la inmensidad del océano. Después de broncearnos un rato, seguimos andando por la orilla hasta llegar a Sambo Creek, eso si después de cruzar un río como porteadores en un safari en África (y no lo digo porque todos sean negros, ehhhh¡¡¡¡).Llegar al pueblo fue como retroceder 100 años .Es un pueblo de pescadores con cuatro casas en un lugar privilegiado y desde donde teníamos previsto agarrar el bus de vuelta a casa. Paramos a tomar una cerveza mientras no salía el bus y rápidamente llegaron un montón de niños a curiosear. Felipe fue el primero en pedir un lempira (que no le di) y poco a poco aparecieron varios más, todos descalzos pero muy simpáticos. Aquí el curso de la escuela ya a terminado ya que va de enero a noviembre y después de romper el hielo (en sentido figurada ehhh, ya que aquí el hielo no se rompe, se derrite (je,je)) pasamos un rato muy agradable, jugando y tomándonos fotos.
Prometimos volver otro día para regalarles unas copias.
La verdad es que la otra vez que estuve aquí solo ya me lleve una grata impresión del lugar y ya pensé en que sería un buen lugar para desarrollar un proyecto de cooperación. Yo quería que Fabienne lo conociera y sacara sus propias conclusiones al ver esta gente y su entorno. Y lo bueno es que coincidimos plenamente que es un lugar para volver y conocer más profundamente sus necesidades y como podemos, humilde y respetuosamente, echar un cable.
También es un sitio para ir y que lo conozcáis cuando alguno de vosotros se anime a cruzar el charco y visitarnos.
Bueno compis, iremos reconociendo el terreno para mostraros todo lo bueno que hay por aquí y hacer que vuestro viaje a Honduras sea lo más interesante posible.
Besos desde la novia de Honduras
Estuvimos recorriendo varios pueblos (todos Garífonas) con el bus antes de bajarnos en la carretera en la entrada del pueblo. Fuimos a las aguas termales Glenda´s. andando por la carretera y si no pitaron a Fabi 20 coches no pitó ninguno, pero bueno esa es otra historia.Las Pozas de Brenda son unas piscinas naturales de un río que nace de las montañas y sale con agua caliente. Allí te puedes bañar, comer un picnic entre árboles frondosos, o simplemente disfrutar de la tranquilidad del paisaje. Si esto mismo estuviera en España, ya hubieran construido un hotel, apartamentos y un campo de golf, pero por suerte aun no a llegado aquí esta locura y pudimos disfrutar del entorno. Estábamos solos y como buenos previsores no llevábamos bañador, así que se quedó en un “ –Aquí tenemos que volver”.
El siguiente paso era andar hasta la playa. lo hicimos por un bonito sendero y en menos de 15 minutos llegamos a su majestad el mar. Es de esos sitios que empiezas a buscar un cartel que diga “Se vende terreno”,ya me entendéis ¡¡¡¡¡¡. Nos tumbamos un rato en la playa delante de un hotel de Canadienses (se nota que llegaron antes de nosotros y se adelantaron) para disfrutar de la paz y la inmensidad del océano. Después de broncearnos un rato, seguimos andando por la orilla hasta llegar a Sambo Creek, eso si después de cruzar un río como porteadores en un safari en África (y no lo digo porque todos sean negros, ehhhh¡¡¡¡).Llegar al pueblo fue como retroceder 100 años .Es un pueblo de pescadores con cuatro casas en un lugar privilegiado y desde donde teníamos previsto agarrar el bus de vuelta a casa. Paramos a tomar una cerveza mientras no salía el bus y rápidamente llegaron un montón de niños a curiosear. Felipe fue el primero en pedir un lempira (que no le di) y poco a poco aparecieron varios más, todos descalzos pero muy simpáticos. Aquí el curso de la escuela ya a terminado ya que va de enero a noviembre y después de romper el hielo (en sentido figurada ehhh, ya que aquí el hielo no se rompe, se derrite (je,je)) pasamos un rato muy agradable, jugando y tomándonos fotos.
Prometimos volver otro día para regalarles unas copias.
La verdad es que la otra vez que estuve aquí solo ya me lleve una grata impresión del lugar y ya pensé en que sería un buen lugar para desarrollar un proyecto de cooperación. Yo quería que Fabienne lo conociera y sacara sus propias conclusiones al ver esta gente y su entorno. Y lo bueno es que coincidimos plenamente que es un lugar para volver y conocer más profundamente sus necesidades y como podemos, humilde y respetuosamente, echar un cable.
También es un sitio para ir y que lo conozcáis cuando alguno de vosotros se anime a cruzar el charco y visitarnos.
Bueno compis, iremos reconociendo el terreno para mostraros todo lo bueno que hay por aquí y hacer que vuestro viaje a Honduras sea lo más interesante posible.
Besos desde la novia de Honduras
